Un extracto de mi reseña para masteatro.com. Al completo en el siguiente link:

» … arranca la pieza valiente, con la musculación tensa y vitaminada. María Morales y Carlos Troya irrumpen en escena y se posicionan en una confrontación chispeante, iluminadora, reivindicativa, con poso sabio e históricamente fundamentado, con retruécanos salpimentados de comedia al uso, giros esperados mas acertados en un toma y daca sensual y simpático; diálogo de sobras sabido y escuchado en barras y metros, pero que aun así agrada dado su leve y singular prisma aunque con pocos grados de inclinación. La conversación, equilibrada y entretenida -que favorece más a la fémina, pues es quien dirige y escribe, como ha de ser- nos conduce sin cortapisas a una ensoñación escénica donde la danza de piel contra piel y caricia frente a caricia sustituye a lo evidente -gran acierto- y llena el espacio de asombro y amabilidad desnuda. A partir de este momento, el verbo rebosa tanta exquisitez poética que deriva hacia lo inasible; tal es la intimidad creada entre los personajes/actores que en algunos momentos es harto difícil oír aquello que se dicen y de ahí la pérdida del peso que ha de llevar la palabra ilustrada en escena. Por otro lado, el paso del tiempo no es indicado hasta bien entrada la escena en cuestión y la credibilidad de Troya en su desdoblamiento interpretativo no es acogida como debiera…»

 

 

Crítica de “Cama” de Pilar G. Almansa