Un fragmento de mi reseña para www.masteatro.com. El resto en:

http://www.masteatro.com/critica-escenas-salvajes-maria-velasco/

» … En la boca del escenario del Pavón hoy se abre una hendidura. Por ahí vislumbramos seres que deambulan bajo la luz roja de su infierno. Los ladridos mientras nos acomodamos nos preparan, o nos previenen, o nos distancian. Los seres siguen sus círculos. Huele a cueva, a primitivo. La tribu permanece ahí, al acecho o lo suyo. La hendidura se abre y desvela su territorio. La manada despierta. Los seres más que comunicarse, ladran. Los seres manejados por Velasco-Velasco destilan fierezza.Hambrientos de presa, reciben entre cordialidad y desdén a su recién llegado. El juicio se despliega. La tribu danza poseída y poseedora, demandante y demencial. La posesión es su marca de identidad y la acusación su objetivo. El recién llegado intenta su adhesión al grupo. El grupo muestra su ira, pues hijos de ésta son. La piñata que desciende del cielo direcciona su cometido y, a partir de ese momento preciso, la fiesta se tiñe de fantasías helénicas, simiescas y desaforadas… «