Mi reseña al completo en: https://www.masteatro.com/iphigenia-vallecas-adaptacion-iphigenia-in-splott-gary-owen/

» … La Hervás (me gusta llamarla así, con su artículo que la preceda, como una grande en potencia) escupe su fuego de dragón moribundo en forma de monólogo sin dar tregua al oído del espectador quien, expectante, la sigue a trompicones entre burlas y pullas, entre calamidades y vituperios, entre un sarcasmo prestado de los programas televisivos más desagradables, de ésos que pegan coces a la RAE, y, no conforme con eso, Iphigenia lo baña en disolvente que destruye sin piedad a quien ella cree que la molesta, con sintaxis altanera, campos semánticos invasivos, aspiraciones guturales con fonemas chirriantes, gritos épicos y llantos y profecías sin ayuda de corifeos… Todo esto va configurando estamáscara neogaldosiana, bisnieta de la estanquera vallecana, estampa actual con su genio y figura de una Fortunata que vive sin vivir en ella. La Hervás, con su recurso bululú a mil por hora que riza sus propios rizos, pasea poses de Arlecchino madrileño remasterizado, despliega una galería de personajes que me llevan a pensar en la commedia dell’arte (Il dottore, Brighella, Pantalone…) pues le sirven a La Hervás para dinamitar su propia cosmogonía y darnos con ella en nuestras propias narices, a ver si así nos enteramos que Galdós, Martín Santos y Valle no erraron -¿Cómo, si hasta para escribir tragedias tomamos prestados nombres de la mitología en ese “todo está ya escrito” que nos persigue como una Furia?- y que esta España mía, esta España nuestra, supura lamento y que, sin parné, a los de abajo, sólo les quedan los teatros para asomar la gaita y quejarse a través de textos como éste. Brava…»