Un fragmento de mi reseña para la web de actualidad teatral Madrid/Barcelon masteatro.com.

Al completo en el siguiente link: https://www.masteatro.com/critica-palmyra-bertrand-lesca-nasi-voutsas-xxxvi-festival-otono-madrid/

» …  Nada es o está en escena por casualidad. Esta regla mínima y máxima es por todos sabida. De no ocurrir sería la nulidad escénica. Antes de mi reflexión sobre la puesta de escena que nos atañe, he buscado imágenes de Palmira para revisitarla, visionar capturas de su paraíso nunca recobrado, de su ruinas… Las ruinas, pedazos del pasado que constatan nuestra mortalidad. Sin embargo, también sabemos que hay dos tipos de ruinas: las que el Tiempo con su paso inexorable sella y las que el ser humano -por llamarlo de alguna manera- con su masacre diaria -las bombas, nos guste o no, son diarias en algún punto del planeta- también deja su sello, su marca atronadora.

     Una vez retengo los templos, capiteles, arcos que ya no se volverán a curvar y columnas decapitadas, busco el nombre de Nasi, el de uno de los protagonistas de ayer. Me gusta su sonoridad y desconozco su origen. Así que descubro dos significados que me inquietan: “príncipe” y/o “presidente”. Nada, insisto, es o está en escena por descuido. Lo mismo ocurre durante la consabida pelea de cualquier pareja donde los platos vuelan -cómica arma arrojadiza casi de tebeo: en Palmyra, más que volar, se destrozan… «