Reflexión de Eloy Rojas sobre este aula de investigación:

Para conocerse uno mismo, podríamos recurrir a los espejos, pero para apreciarnos en todas nuestras dimensiones, tenemos que abrir ventanas, tender puentes y, haciendo caso a Kavafis, viajar a Egipto para aprender con avidez de sus sabios.

Y esto es lo que pretende Glaukopis para Elsinor, convertirse en una especie de guía, un luminoso Caronte en cuya barca viajarán para (re)conectar con las fuentes -afluentes a su vez- de otras anteriores, para llegar como primer puerto de destino a los manantiales de la sabiduría clásica, sin despreciar (más bien al contrario, bebiendo con deleite) inesperadas fuente, rielantes manantes en otros espacios y otros tiempos.

Del mar de ancha espalda, de las ideas que en el mundo han sido, extraeremos otras nuevas perspectivas con las que enriquecer el trabajo de mesa previo a la escenificación, potenciando ésta en todos los palos que nuestro equipo toque, haciendo de nuestra compañía un ente bicéfalo, como el águila heráldica de Carlos V.

Así que si visitan Elsinor, así en lo interpretado como en lo impreso podrán hallar huellas de nuestro trabajo: indicios tendidos al foco, ideas subrayadas con pintalabios de alguna musa, perspectivas abandonadas por algún artista descuidado que nosotros, conscientemente o no, podremos usar para abrigar nuestra originalidad desnuda.

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