Conocí a Boti G. Rodrigo por una bendita casualidad. Mi amigo, el actor Ismael Múrtula, me invitaba el pasado noviembre a las Jornadas «Mayores sin armarios» en Sevilla organizada por Asociación DeFrente LGTB. Él daba voz y voto a uno de mis personajes, Germán, un chaval asesinado durante la Guerra Civil por «escribir nombre de niño en su almohada». Era un monólogo por nombre: «Corre, gacela, corre«. Tras la sobrecogedora interpretración, Boti se nos acercó visiblemente emocionada (en toda la extensión de la palabra) y nos felicitó por aquel texto denuncia hecho carne. Gracias Boti aquel apoyo y tus palabras; gracias por estar ahora ahí. Suerte, ánimo y que todo te sonría.