Mi reseña en este link para masteatro.com.

Un extracto:

» … Beckett, desde el más allá como genio que es, sigue lanzándonos cuestiones de siempre. Es su particular manera de entender la función de este lenguaje en concreto a través de seres en encuadres típicos/atípicos (un estercolero, un páramo…). El matrimonio no puede evitar comunicarse por miedo a sentirse abandonado por las palabras. Las palabras… Como decía Don Antonio: «La poesía es la palabra en el Tiempo»… ¿Cuál es la medida de Tiempo que atraviesa el alma de estos seres de Samuel? Ya sabemos que los personajes viven atrapados en la caja escénica,  que sólo son han de ser resucitados gracias a nuestro aliento creador como público, pero ¿desde dónde nos hablan que parecen tan veraces? Winnie y Willie sobrellevan sus crisis múltiple desde la inmovilidad y de cara a la galería, como cualquier matrimonio gemelo que desde la platea los visite. Y no podemos hacer nada. Nothing to be done… Muy de Beckett y de sus clowns que esperan a su Señor…».

Crítica de «Los días felices» de Samuel Beckett