Mis impresiones. Un extracto: » … conjuntos de sílabas aparentemente huecas, pero que esconden la nausea vital y perturbadora del personaje en el momento del verbal facing escénico y que le impide, o se le niega, o se niega a comunicar/-se. ¿Por qué? Sencillamente porque el autor nos retrata a la hora de cuándo y cómo ocultamos la mentira cuya ponzoña es la más agresiva, puesto que la mentira en forma de verborrea incontenible es fácil de que sea descubierta, no como la primera, la de los silencios, la de las pausas, las de las pausas breves -medidísimo por Pinter siempre, cual alquimista del silencio dramático que es); la que se expresa como le apetece con monosílabos, con no contestar lo que se nos pregunta, con el hecho ruin de eludir responsabilidades hasta que el bisturí de nuestro interlocutor llega tan cerca del nervio que la pieza dental, podrida, estalla y la traición queda al descubierto: eso es Betrayal, eso es Pinter

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Crítica de «Traición» de Harold Pinter