Un extracto de mi reseña para Masteatro // Madrid.  Al completo en el link:

» … Acepto el juego. Acepto -faltaría más- las visitas contínuas y sin avisar a los clásicos desde el prisma más contemporáneo que se nos antoje. Acepto la nueva pátina que se les pueda aplicar cruzando y entrelazando las coordenadas del espacio, del tiempo, de este siglo quasimedievo. Acepto la restauración, la adaptación a nuestro sentir, de lo que ya nos contaron -aunque poco hemos cambiado- de cuanto nos advirtieron a través de galerías de personajes, camadas paridas por el dolor, la pesadumbre, la miseria y la naúsea diseccionada ya por Sartre. Acepto la mirada con lupa de la psique de Chejov cuando nos mostró  su como si nada, como si todo. Acepto el juego pirandelliano. Acepto que los cómicos revelen pecados y crímenes en una nueva Elsinor aséptica, metálica y fría. Acepto el concepto peliagudo del metateatro que aderece acción, mensaje y sus correspondientes ingredientes. Acepto cualquier potenciador de sabor cuando el cómico se despliega y sorprende a la platea con un efecto bululú o un je ne sais quoi que se mece con ironía entre el territorio de lo real y de lo etéreo…».

Crítica de «La gaviota» de Anton Chéjov.