Mi #reseña para masteatro.com Un extracto: » … El actor de la obra de Crouch se expone con alma de personaje y éste a su vez con alma de actor quien arranca de las gradas y sin dilación a un espectador, a su vez, otro actor -otro “fingidor que deveras sente”, como diría Pessoa- con lo cual la pirueta del arte interpretativo adquiere reveses inusuales. ( … ). Incluso el público recibe órdenes. sin posible réplica. para que se mantenga con los ojos cerrados como signo de obediencia, o en silencio en el templo teatral que es de su propiedad pues sin él aquella metáfora no se visibiliza.»

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Crítica de “El roble” de Tim Crouch